¿Sabes para qué sirve la proactividad en el trabajo? La proactividad está íntegramente relacionada con la actitud que tenemos frente a las cosas cotidianas, en tener una actitud activa frente a estas. Una persona proactiva es capaz de tomar la iniciativa frente a las todas las situaciones que surgen en el proceso de alcanzar sus metas, resolviendo dificultades de forma audaz, creativa y optimizando resultados. No parece fácil, ¿verdad?
Va más allá de las instrucciones que le han dado o de lo estrictamente establecido para su rol. Inicia por sí mismo una tarea, comienza un proyecto o busca soluciones a una problemática.
Se apoya en la creatividad para aportar ideas innovadoras y nuevas soluciones a las que no se ha llegado con anterioridad. Consigue sorprender con sus decisiones y llegar a puntos realmente inesperados.
Siempre encuentra nuevas metas que alcanzar y para las que trabajar, retándose profesionalmente en muchas decisiones. Si por el camino comete algún error, siempre intenta aprender de él y sacar el máximo provecho que le aleje de la frustración.
Sabe, con claridad, dónde quiere llegar o hacia dónde debería ir la empresa. En su visión siempre está el pensar en transformaciones sociales, económicas, políticas y tecnológicas y lo que estas suponen en su entorno, para así actuar en consecuencia.
Cuando se trata de resolver o abordar un problema sabe actuar de manera oportuna y adecuada. Reflexiona antes de decir o hacer las cosas, demostrando ser una persona con una madurez personal elevada.
Tiene alma de líder y sabe motivar a su equipo, en su conjunto y de forma personal. Poco a poco va corrigiendo malos hábitos y eliminando pequeños vicios, mejorando dinámicas y el ambiente de trabajo.
Hace muy bien su trabajo y siempre busca más y más. Tiene un sentido de la responsabilidad hacia sus tareas muy elevado, y se entrega a ellas con pasión.
Involúcrate en las conversaciones que surjan, así podrás influir en el curso de la acción y contribuir a las soluciones. Conseguirás mejorar el sentimiento de pertenencia en el team y abrir nuevas áreas de oportunidad.
No te esperes a que los problemas lleguen para resolverlos, utiliza la autorreflexión para evitar futuros problemas potenciales. Planea con anticipación para abordar los desafíos con mayor control y seguridad.
El caos no te servirá de nada cuando se trate de tomar el control. ¡Evítalo! Aprende a priorizar las tareas para poder cumplir los plazos, y sé siempre realista en cuanto a los tiempos. Márcate pequeños puntos intermedios antes de las entregas finales para saber administrar tu tiempo de forma eficaz.
La negatividad no te abrirá caminos interesantes. No te concentres exclusivamente en lo que no se hace, y céntrate en todo lo que has logrado. Haz pequeñas listas de metas de un día para otro, así siempre tendrás espacio para mejorar sin sentirte altamente abrumado por las exigencias.
No pospongas continuamente las cosas ni te quedes atascado en detalles pequeños e irrelevantes. Aprende a tomar decisiones y, si te equivocas, no te preocupes, eso te ayudará a saber adaptarte al futuro.
Un perfil proactivo nunca tendrá una actitud pasiva frente a las situaciones difíciles, tampoco se quejará continuamente o se quedará de brazos cruzados frente a un problema. ¡Actúa!
No dejes que la gente tóxica te afecte o afecte al grupo negativamente, intenta evitar ese tipo de perfiles porque difícilmente aportan contenido de valor. Thank you, next!
Una proactividad excesiva o mal gestionada puede transformarse en hiperactividad y ocasionar más ruido y distorsión que soluciones. Evalúa, sopesa, analiza y pasa a la acción.